La corrupción no es suya, sino de sus hijos, que son gente torcida y perversa. Tú, pueblo loco e ignorante, ¿así le pagas al Señor? ¡Él es tu padre! ¡Es tu Creador! ¡Él te hizo y te afirmó! (Deuteronomio 32:5-6 RVC)
La corrupción no es suya, sino de sus hijos, que son gente torcida y perversa. Tú, pueblo loco e ignorante, ¿así le pagas al Señor? ¡Él es tu padre! ¡Es tu Creador! ¡Él te hizo y te afirmó! (Deuteronomio 32:5-6 RVC)