Proverbios

Hijos, por favor, ¡escúchenme!
¡Dichosos los que siguen mis caminos!
Sean sabios y préstenme atención;
no dejen de lado la disciplina.
Dichoso el hombre que me escucha
y todo el tiempo se mantiene vigilante
a las puertas de mi casa.
El que me halla, ha encontrado la vida
y alcanzado el favor del Señor.
El que peca contra mí, se daña a sí mismo;
el que me aborrece, ama a la muerte. Proverbios 8:32-36

»Corrige al blasfemo y recibirás afrentas;
reprende al impío y te ganarás insultos.
No reprendas al blasfemo, y no te aborrecerá;
corrige al sabio, y te amará.
Dale al sabio, y se hará más sabio;
enseña al justo, y aumentará su saber.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
el conocimiento de lo santo es inteligencia.
Yo haré que vivas mucho tiempo;
¡te daré muchos años de vida!
Si te haces sabio, el provecho es tuyo;
si te vuelves blasfemo, sufrirás las consecuencias.»Proverbios 9:7-12

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