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Proverbios

Las palabras de Dios son todas puras;
Dios es el escudo de quienes en él confían.
No añadas a sus palabras, y él no te reprenderá,
y tampoco resultarás un mentiroso.

Solamente dos cosas te he pedido;
¡concédemelas antes de que muera!
 Aparta de mí la vanidad y la mentira,
y no me des pobreza ni riquezas.
Dame sólo el pan necesario,
no sea que, una vez satisfecho,
te niegue y diga: «¿Y quién es el Señor?»
O que, por ser pobre, llegue yo a robar
y ofenda el nombre de mi Dios.Prov.30:5-9

Mujer ejemplar, ¿quién dará con ella?
Su valor excede al de las piedras preciosas.
Su esposo confía en ella de todo corazón,
y por ella no carece de ganancias.
Siempre lo trata bien, nunca mal,
todos los días de su vida.

Se reviste de fuerza y de honra,
y no le preocupa lo que pueda venir.
Habla siempre con sabiduría,
y su lengua se rige por la ley del amor.
Siempre atenta a la marcha de su hogar,
nunca come un pan que no se haya ganado.
Sus hijos se levantan y la llaman dichosa;
también su esposo la congratula:
«Muchas mujeres han hecho el bien,
pero tú las sobrepasas a todas.»
La belleza es engañosa, y hueca la hermosura,
pero la mujer que teme al Señor será alabada.
¡Reconózcase lo que ha hecho con sus manos!
¡Sea alabada ante todos por sus logros!Prov.31:10-12,25-31

Proverbios

No te jactes de ti mismo;
que sean otros los que te alaben.
Más vale ser reprendido con franqueza
que ser amado en secreto.
Más confiable es el amigo que hiere
que el enemigo que besa.
El perfume y el incienso alegran el corazón;
la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.
El prudente ve el peligro y lo evita;
el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
Gotera constante en un día lluvioso
es la mujer que siempre pelea.
Quien la domine, podrá dominar el viento
y retener aceite en la mano.
Prov.27:2,5-6,9,12, 15-16

El malvado huye aunque nadie lo persiga;
pero el justo vive confiado como un león.
Los que abandonan la ley alaban a los malvados;
los que la obedecen luchan contra ellos.
Los malvados nada entienden de la justicia;
los que buscan al Señor lo entienden todo.
Dios aborrece hasta la oración
del que se niega a obedecer la ley.
El que lleva a los justos por el mal camino,
caerá en su propia trampa;
pero los íntegros heredarán el bien.
Quien encubre su pecado jamás prospera;
quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.
¡Dichoso el que siempre teme al Señor!
Pero el obstinado caerá en la desgracia.
Prov. 28:1,4-5,9-10,13-14

El que adula a su prójimo
le tiende una trampa.
La vara de la disciplina imparte sabiduría,
pero el hijo malcriado avergüenza a su madre.
Cuando prospera el impío, prospera el pecado,
pero los justos presenciarán su caída.
¿Te has fijado en los que hablan sin pensar?
¡Más se puede esperar de un necio que de gente así!
Quien consiente a su criado cuando éste es niño,
al final habrá de lamentarlo.
El hombre iracundo provoca peleas;
el hombre violento multiplica sus crímenes.
El altivo será humillado,
pero el humilde será enaltecido.
Temer a los hombres resulta una trampa,
pero el que confía en el Señor sale bien librado
Prov, 29:5,15-16,20-23,25

Proverbios

El hijo sabio sigue el consejo de su padre;
el burlón no hace caso de las reprensiones.
El hombre de bien se nutre con sus palabras;
el desalmado se nutre de violencia.
El que cuida su boca se cuida a sí mismo;
el que habla mucho tendrá problemas.
El perezoso desea y nada consigue,
pero el que es diligente será prosperado.
El hombre justo aborrece la mentira;
el malvado se hace odioso y despreciable.
La justicia protege al de camino perfecto;
la impiedad trastorna al pecador.
Unos pretenden ser ricos, y no tienen nada;
otros simulan ser pobres, y lo tienen todo. Prov. 13:1-7

El burlón busca la sabiduría y no da con ella;
el hombre entendido la encuentra fácilmente.
No te juntes con gente necia,
porque nada aprenderás de lo que te digan.
El que es sabio y astuto sabe por dónde va;
a los necios los engaña su propia necedad.
Los necios se burlan del pecado;
los hombres rectos se ganan la buena voluntad.
Cada corazón conoce su propia amargura,
y ningún extraño participa de su alegría. Prov.14:6-10

Un corazón alegre le hace bien al rostro,
pero las penas del corazón abaten el ánimo.
El corazón entendido tiene hambre de saber;
la boca del necio se alimenta de tonterías.
Si estás triste, todos los días son malos;
si estás feliz, todos los días son de fiesta.
Es mejor lo poco, con el temor del Señor,
que lo mucho, con muchos problemas.
Es mejor comer legumbres con amor,
que comer carne de res con odio.
El hombre iracundo provoca conflictos;
el que se controla, aplaca las rencillas.Prov.15:13-18

Despreciar la disciplina es no apreciarse uno mismo;
obedecer la corrección es poseer entendimiento.
El temor del Señor corrige y da sabiduría;
antes que honra, humildad.Prov.15:32-33

Proverbios

Hijos, por favor, ¡escúchenme!
¡Dichosos los que siguen mis caminos!
Sean sabios y préstenme atención;
no dejen de lado la disciplina.
Dichoso el hombre que me escucha
y todo el tiempo se mantiene vigilante
a las puertas de mi casa.
El que me halla, ha encontrado la vida
y alcanzado el favor del Señor.
El que peca contra mí, se daña a sí mismo;
el que me aborrece, ama a la muerte. Proverbios 8:32-36

»Corrige al blasfemo y recibirás afrentas;
reprende al impío y te ganarás insultos.
No reprendas al blasfemo, y no te aborrecerá;
corrige al sabio, y te amará.
Dale al sabio, y se hará más sabio;
enseña al justo, y aumentará su saber.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
el conocimiento de lo santo es inteligencia.
Yo haré que vivas mucho tiempo;
¡te daré muchos años de vida!
Si te haces sabio, el provecho es tuyo;
si te vuelves blasfemo, sufrirás las consecuencias.»Proverbios 9:7-12

Proverbios

El principio de la sabiduría es el temor al Señor;
los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza. Prov. 1:7

 

El Señor da sabiduría a los hombres rectos,
y es el escudo de los que viven con rectitud.
Cuando la sabiduría entre en tu corazón,
y te deleites con el conocimiento,
la discreción te protegerá
y la inteligencia cuidará de ti.
Te librará del mal camino
y de los que dicen cosas perversas,
de los que dejan el camino recto
para andar por senderos tenebrosos;
de los que gozan haciendo el mal,
y se alegran de sus actos perversos.
Sus senderos son torcidos;
sus caminos han perdido el rumbo. Prov 2:7, 10-15

 

Hijo mío, no desdeñes la corrección del Señor;
no te sientas mal cuando te reprenda.
El Señor corrige al que ama
como lo hace el padre con su hijo amado.
No hagas planes malvados contra tu prójimo;
es tu prójimo y vive confiando en ti.
No entables sin motivo pleitos contra nadie,
mucho menos si no te han agraviado.
No envidies a la gente violenta,
ni escojas ninguno de sus caminos,
porque al Señor le repugnan los perversos,
pero es amigo de los hombres honrados.

Prov 3:11-12, 29-32

Proverbios

Las palabras de Dios son todas puras; Dios es el escudo de quienes en él confían.
No añadas a sus palabras, y él no te reprenderá, y tampoco resultarás un mentiroso.
Solamente dos cosas te he pedido; ¡concédemelas antes de que muera! Aparta de mí la vanidad y la mentira, y no me des pobreza ni riquezas. Dame sólo el pan necesario, no sea que, una vez satisfecho, te niegue y diga: «¿Y quién es el Señor?» O que, por ser pobre, llegue yo a robar y ofenda el nombre de mi Dios.
Hay algunos que se creen muy puros, aunque no se han purificado de su inmundicia.
La mujer adúltera se porta así: Come, se limpia la boca, y afirma: «No he hecho nada malo.»
(Proverbios 30:5-9, 12, 20 RVC)

Proverbios

Nunca respondas al necio con necedades, para que no resultes ser otro necio.
El perezoso se considera más sabio que siete sabios que sepan aconsejar.
Dejarse llevar del enojo en un pleito ajeno es como querer sujetar a un perro por las orejas.
Un loco que, en su locura, lanza mortíferas flechas encendidas: ¡eso es el hombre que engaña a su amigo, y luego alega que lo hizo de broma!
Sin leña se apaga el fuego, y sin chismosos se acaba el pleito.
No confíes en quien habla con voz engolada, porque en su corazón hay siete abominaciones.
La lengua falsa aborrece al que ha herido; la boca zalamera conduce al desastre.
(Proverbios 26:4, 16-20, 25, 28 RVC)

Proverbios

No trates de hacerte oír por un necio, porque éste no apreciará tus sabias razones.
Abre tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras del saber.
No dejes de corregir al joven, que no va a morirse si lo castigas con vara. Al contrario, castígalo con vara y lo librarás de caer en el sepulcro.
No abrigues en ti envidia por los pecadores, sino manténte siempre en el temor del Señor.
Hijo mío, escúchame y adquiere sabiduría. Deja que tu corazón enderece el rumbo.
La verdad y la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia, son algo que debes comprar y nunca vender.
¡Haz que tu padre y tu madre se alegren! ¡Haz que se regocije la madre que te dio a luz!
Hijo mío, entrégame tu corazón, y no apartes la mirada de mis caminos. (Proverbios 23:9, 12-14, 17, 19, 23, 25, 26 RVC)

Proverbios

Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él.
¡Bendito sea quien ve a otros con bondad y comparte su pan con el indigente!
Expulsa al blasfemo, y se acabarán las peleas, cesarán los pleitos y las ofensas.
El Señor es guardián del conocimiento, pero trastorna los planes de los traidores.
La necedad va ligada al corazón del joven, pero la vara disciplinaria le quita lo necio.
No tengas nada que ver con gente violenta, ni te hagas amigo de gente agresiva, para que no imites su conducta y tú mismo te tiendas una trampa.
No te comprometas por otros, ni salgas fiador de nadie. ¿Por qué han de quitarte hasta la cama si resulta que no tienes con qué pagar?
(Proverbios 22:6, 9, 10, 12, 15, 24-27 RVC)