Estudio miércoles 29 de Julio 2015

Gracias Señor por otra linda noche en familia, gracias a todas por haber venido y por haber compartido sus testimonios.

Hoy estudiamos la idea grande del domingo: “La oración es mucho más que sólo pedir para nosotros mismos” Muchas veces nuestro problema con orar es que solo hacemos una lista de peticiones y exigencias a Dios, llegamos a Dios con la lista de lo que queremos y no de lo que necesitamos y cuando Dios “no escucha” nuestras oraciones no sentimos mal y empezamos a hacernos la pregunta ¿por qué?, pero si analizamos nuestras oraciones vemos que todo tiene que ver con nosotros y queremos todo para mi, nosotros somos el centro de la atención cuando oramos y se nos olvida cual es la voluntad de nuestro Padre.

A continuación veremos una serie de oraciones y veremos el modelo de las oraciones de los primeros cristianos.

Al oírlos, todos juntos elevaron sus voces a Dios y dijeron: «Soberano Señor, tú creaste el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que hay en ellos; tú, Padre nuestro, por medio del Espíritu Santo dijiste en labios de tu siervo David:

»¿Por qué se amotinan las gentes,
y los pueblos piensan cosas vanas?
Los reyes de la tierra se reunieron,
y los príncipes se confabularon,
contra el Señor, y contra su Cristo.

»Es un hecho que Herodes y Poncio Pilato, junto con los no judíos y el pueblo de Israel, se reunieron en esta ciudad en contra de tu santo Hijo y ungido, Jesús, para hacer todo lo que, por tu poder y voluntad, ya habías determinado que sucediera. Ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a estos siervos tuyos proclamar tu palabra sin ningún temor. Extiende también tu mano, y permite que se hagan sanidades y señales y prodigios en el nombre de tu santo Hijo Jesús.» Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor. Hechos 4:24-31

En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos ustedes y porque su fe se difunde por todo el mundo. Dios, a quien sirvo con todo mi corazón predicando el evangelio de su Hijo, es testigo de que los recuerdo siempre en mis oraciones, y de que en ellas le ruego que, si es su voluntad, me conceda que por fin pueda ir a visitarlos. Porque deseo verlos para impartirles algún don espiritual, a fin de que sean fortalecidos; es decir, para que nos fortalezcamos unos a otros con esta fe que ustedes y yo compartimos.

Pero quiero que sepan, hermanos, que muchas veces me propuse ir a visitarlos para tener también entre ustedes algún fruto, como entre los otros hermanos no judíos, pero hasta ahora he encontrado obstáculos. Estoy en deuda con todos, sean griegos o no griegos, sabios o no sabios.  Así que, por mi parte, estoy dispuesto a anunciarles el evangelio también a ustedes, los que están en Roma. Romanos 1:8-15

 ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién ha entendido la mente del Señor? ¿O quién ha sido su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que él tenga que devolverlo?  Ciertamente, todas las cosas son de él, y por él, y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén. Romanos 11:33-36

Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por la gracia que él les ha dado en Cristo Jesús. Porque en él ustedes fueron enriquecidos en todas las cosas, tanto en palabra como en conocimiento. Así se ha confirmado en ustedes el testimonio acerca de Cristo,  de tal manera que nada les falta en ningún don, mientras esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, el cual también los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. 1 Corintios 1:4-9

Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra,  para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder;  para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor, sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios.

Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,  a él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:14-21

Gracias Señor de nuevo por enseñarnos que la oración es más que solo pedir, gracias por las maravillas que has hecho en nosotras, y te rogamos Padre que seamos instrumentos útiles en Tu Reino, que demos frutos en abundancia durante toda nuestra vida. te lo pedimos en nombre de Jesucristo, amén.

Las quiero mucho, Dios las bendiga;

Jackie C.

 

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