Estudio Viernes 17 de abril 2015

»Escuchen esto ustedes, los de la casa de Jacob; ustedes que llevan el nombre de Israel y que salieron de las aguas de Judá; ustedes que juran en el nombre del Señor e invocan al Dios de Israel, aunque no en verdad ni en justicia;

Yo sé bien que eres muy necio; que tu cuello es duro como el hierro, y que tu frente parece de bronce. Yo te lo anuncié con anticipación; antes de que sucediera te lo hice saber, para que no dijeras: “Esto lo hicieron mis ídolos. Mis imágenes de escultura y de fundición lo ordenaron.” »Todos ustedes lo han oído; todos lo han visto. ¿Y no lo darán a conocer? A partir de este momento les daré a saber cosas nuevas y secretas que no conocían.

»Por causa de mi nombre, y porque está en juego mi alabanza, refrenaré mi enojo; me contendré para no destruirte.

»Jacob, yo te he llamado; Israel, escúchame: Sólo yo soy el primero, y sólo yo soy el último. Con mi propia mano establecí la tierra; con la palma de mi mano derecha medí los cielos y, cuando los llamé, juntos se presentaron ante mí.

Acérquense a mí y escuchen esto. Desde un principio no he hablado en secreto; yo estaba allí desde que esto se hizo realidad, y ahora el Señor y su espíritu me han enviado. Así dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, cuya enseñanza es provechosa, y que te dirige por el camino que debes seguir.

¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan de entre los caldeos! ¡Anuncien esto con voces de alegría! ¡Denlo a conocer, difúndanlo hasta los últimos rincones de la tierra! ¡Digan que el Señor ha redimido a Jacob, su siervo!

El Señor ha dicho: «No hay paz para los malvados». (‭Isaías‬ ‭48‬:‭1, 4-6, 9, 12-13, 16-17, 20, 22‬ RVC)

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