Pero les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayuden con sus oraciones a Dios por mí, para que sea yo librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea agradable, para que, por la voluntad de Dios, llegue a ustedes gozoso y pueda descansar entre ustedes. Que el Dios de paz sea con todos ustedes. Amén. (Romanos 15:30-33 RVC)