Estudio Miércoles 25 de mayo del 2016

Gracias Señor por darnos otra linda noche, gracias por darnos el deseo de reunirnos y estudiar a pesar de que estamos cansadas, de vacaciones 🙂 con problemas, sin tiempo. etc. Gracias por ser tan bueno con nosotras 🙂

El tema de hoy fue: ” Temor al Hombre” y la idea grande de hoy fue: “Debemos temer a Dios, no al hombre” En nuestras vidas hemos experimentado persecusión y uno de los efectos que produce la persecusión en nuestra vida es temor y lo que este temor produce en nosotros es dejar de predicar el evangelio por temor al que dirán, por temor a las criticas o a lo que van a pensar de nosotros, o incluso de lo que nos pueden hacer. Es muy peligroso temer al hombre porque ese temor al hombre nos aleja de Dios.

Jesús nos anima a no temer al hombre sino a Dios, nos anima a hablar con valor, a confiar en Dios, y nos promete que si hacemos esto Dios cuidará de nosotros.

»Así que, no los teman, porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse.  Lo que les digo en las tinieblas, díganlo en la luz; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.  ¿Acaso no se venden dos pajarillos por unas cuantas monedas? Aun así, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita,  pues aun los cabellos de ustedes están todos contados. Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos. A cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.  Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos. Mateo 10:26-33

El miedo a los hombres es una trampa,
pero el que confía en el Señor es exaltado. Proverbios 29:25

El sumo sacerdote y todos los que estaban de su parte, es decir, los de la secta de los saduceos, reaccionaron llenos de celos  y aprehendieron a los apóstoles y los echaron a la cárcel del pueblo.  Pero en la noche un ángel del Señor llegó y abrió las puertas de la cárcel. Cuando ellos salieron, el ángel les dijo: «Vayan al templo y anuncien al pueblo todas las enseñanzas acerca de esta vida.»  Luego de oír esto, entraron en el templo por la mañana y se pusieron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban de su parte se reunieron para convocar al concilio y a todos los ancianos del pueblo de Israel, y al mismo tiempo mandaron traer de la cárcel a los apóstoles; pero como al llegar los alguaciles no los encontraron, regresaron y dijeron:  «Cuando llegamos a la cárcel, ésta tenía todos los candados puestos y los guardias estaban afuera, frente a las puertas; pero al abrir la cárcel, vimos que allí adentro no había nadie.»  Al oír esto, el sumo sacerdote, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes no lograban entender en qué pararía todo esto.  Pero llegó otro y les dijo: «Escuchen: los hombres que ustedes metieron a la cárcel, están ahora en el templo, impartiendo enseñanzas al pueblo.»  Entonces el jefe de la guardia se fue con los alguaciles y los aprehendió, aunque sin violencia, porque temían que el pueblo los apedreara. Cuando los llevaron y los presentaron ante el concilio, el sumo sacerdote les dijo: «¿Acaso no les dimos órdenes estrictas de no enseñar en ese nombre? Ahora han llenado a Jerusalén de su doctrina, y quieren culparnos de la muerte de ese hombre.» Pedro y los apóstoles respondieron: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo al que ustedes mataron y colgaron de un madero.  Pero Dios, por su poder, lo ha exaltado y sentado a su derecha como Príncipe y Salvador, dando a Israel la oportunidad de arrepentirse y de que sean perdonados sus pecados. De esto somos testigos nosotros, y también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a quienes lo obedecen.» Al oír esto, ellos se enfurecieron tanto que querían matarlos. Entonces Gamaliel, un fariseo que era doctor de la ley y a quien todo el pueblo respetaba, se levantó ante el concilio y ordenó que sacaran por un momento a los apóstoles; luego dijo: «Varones israelitas, piensen bien en lo que van a hacer con estos hombres.  Hace ya algún tiempo, se levantó Teudas, quien se jactaba de ser alguien, y logró que se le uniera un grupo como de cuatrocientos hombres; pero lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados y exterminados.  Después, cuando se hizo el censo, se levantó Judas el galileo y logró que muchos del pueblo lo siguieran. Pero también lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados. Por eso les digo ahora: Olvídense de estos hombres. Déjenlos. Porque si esto que hacen es de carácter humano, se desvanecerá;  pero si es de Dios, no lo podrán destruir. ¡No vaya a ser que ustedes se encuentren luchando contra Dios!»Todos estuvieron de acuerdo con él,  así que llamaron a los apóstoles y, después de azotarlos, les advirtieron que no siguieran hablando en el nombre de Jesús y los pusieron en libertad.  Los apóstoles salieron del concilio felices de haber sido dignos de sufrir por causa del Nombre. Y todos los días, no dejaban de enseñar y de anunciar en el templo y por las casas las buenas noticias acerca de Cristo Jesús Hechos 5:17-42

Señor te pedimos que nos ayudes a tener más valor y gozarnos en las persecusiones y no que en las persecusiones TU te hagas más fuertes en nosotras, te lo pedimos en nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.

Las quiero mucho, Dios las bendiga;

Jackie C.

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