Jesús dijo a sus discípulos: «Es imposible que no vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vengan! Más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo arrojaran al mar, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeñitos. (San Lucas 17:1-2 RVC)
Ayyyyyyyyy mama!!! muy lindo verso de meditarlo diariamente 🙂
SIIIII