Gracias a Dios por el lindo día de hoy y por la linda noche que nos dió, gracias a los músicos y cantantes nos solo por guiarnos en la adoración pero también por poner sillas, escenario, etc. y crear el ambiente para adorar a Dios y recibir su mensaje. Gracias a las voluntarias que pusieron el café y a cada uno que colaboró en el arreglo y el desmantelamiento.
Hoy seguimos con la serie contemplar a Cristo, la idea grande de hoy fue: “Jesús es el Rescatador enviado de los cielos” Muchas veces por no saber o no creer esta verdad de Jesús, que Él es nuestro rescatador, buscamos otras cosas que nos pueden rescatar de nuestros problemas, buscamos personas, cosas, soluciones que nos pueden rescatar temporalmente de nuestra situación. Los problemas pueden desaparecer por un instante pero vuelven a aparecer porque buscamos el recatador equivocado (amigos, esposo, deportes, comida, hijos, dinero, etc.) La Biblia claramente dice que Jesús es el único que nos puede recatar. Nos rescata de lo que más tememos, la muerte, y Él es el único camino al padre, en Él es en quien tenemos que poner toda nuestra confianza, todas nuestras dudas, todas nuestra aflicciones etc. El nos rescato de todo éste mundo de pecado y lo hizo al morir en la Cruz. Hagamos que la cruz se vea grande por ser agradecidas y contar las grandezas que Dios ha hecho en nuestra vida, por enseñar a otros como Jesús nos recato de la muerte y ahora podemos ser llamadas hijas de Dios por el gran sacrificio que Él hizo en la cruz.
Pero por causa de tu terquedad y de [tu] corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. EL PAGARA A CADA UNO CONFORME A SUS OBRAS: Rom. 2:5-6
A ustedes, él les dio vida cuando aún estaban muertos en sus delitos y pecados, los cuales en otro tiempo practicaron, pues vivían de acuerdo a la corriente de este mundo y en conformidad con el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Entre ellos todos nosotros también vivimos en otro tiempo. Seguíamos los deseos de nuestra naturaleza humana y hacíamos lo que nuestra naturaleza y nuestros pensamientos nos llevaban a hacer. Éramos por naturaleza objetos de ira, como los demás.
Tremenda noche! Pido a Dios por nuestra Iglesia y el tremendo ministerio que se da aquí. Gracias Dios por mandar a tu hijo desde los cielos a rescatarnos.